Durante el siglo XIX grandes movimientos impactaron la política puertorriqueña. Uno de esos fue el movimiento autonomista. Descartes fue líder de ese movimiento y estuvo encarcelado en El Morro por sus ideas políticas anti-españolas. Durante ese tiempo Descartes era miembro del gobierno municipal de Santa Isabel.
Al declararse la Guerra Hispanoamericana colaboró con el ejército norteamericano. Posteriormente fue miembro de la Cámara de Delegados de Puerto Rico y alcalde de Santa Isabel.
La principal contribución de Descartes en el gobierno estatal fue su propuesta en 1900 para que se le otorgará el voto a la mujer puertorriqueña. Aunque su propuesta no triunfo, se convirtió en el primer legislador en proponer este acto de justicia en nuestro país.
Don Pedro María Descartes, nació en en 1851 en Santa Isabel Puerto Rico hijo de una familia de franceses. Fue su padre Don Francisco Descartes agrimensor titulado que había preparado el plano para fundar este pueblo y su madre de apellido Canquillout. . Se casó en dos ocasiones, la primera con Julia Cabrera, (hijo Pedro Descartes Cabrera 1885 se casó con Florentina y en 1920 vivía en Santa Isabel) y la segunda vez con Ana Questell (Hija Zoe Descartes Questell nació en 1898 y en 1930 vivía en Ponce).
En el 1901 el «First Register of Puerto Rico» publicado por el Secretario de la gobernación de la Isla dice que Descartes participó en el Grito de Lares. Dice el libro:
«Pedro María Descartes, nació en Santa Isabel, Puerto Rico, el 3 de agosto de 1852. Tomó parte en la insurrección de Lares, por la cual sufrió prisión y también prestó sus servicios al ejército norteamericano durante la campaña de Puerto Rico, tras haber participado en los ataques a Juana Díaz y Coamo. Fue elegido a la Cámara de Delegados por el Distrito de Guayama».
Su años de revolucionario
En sus años de juventud tenía un carácter rebelde. En su casa en Santa Isabel se reunían los miembros del Partido Autonomista del Sur.
El gobernador Palacios (1887) estaba muy preocupado por la información que continuamente identificaba a los autonomistas como enemigos que querían eliminar todo lo que fuera español de Puerto Rico. Palacios tenía una casa de verano en Aibonito y desde allí en el 1887 desató una ola de arrestos contra los autonomistas de Ponce, Juana Díaz y Santa Isabel. Al momento de su arresto Don Pedro M. Descartes era vocal de la Junta Municipal de Santa Isabel bajo la dirección del alcalde Diego Arteaga. El libro «The Book of Puerto Rico» cita a Don Pedro María Descartes diciendo que fue presidente de la «Torre del viejo» .
Don Pedro fue arrestado en este pueblo junto a Don Juan Cortada, Don Pedro Mora y Don Atanasio Rodríguez. Los presos fueron llevados desde Ponce por barco hasta el Morro en San Juan donde fueron encarcelados. Un mes después fueron puestos en libertad, pero él tuvo que quedarse porque estaba enfermo. Las noticias de los abusos de Palacios llegaron prontamente a España y fue destituido de su puesto.
La llegada de los norteamericanos
En 1898 Don Pedro M. Descartes, quien había recibido persecuciones y encarcelamiento desde muy joven, se alisto como guía del ejercito norteamericano en el momento que este avanzaba por la carretera central rumbo a Santa Isabel. Historiadores aseguran que en Coamo, Martínez Illescas preparaba el atrincheramiento para proteger ese pueblo del ejército invasor norteamericano cuando un turba de anti-españoles liderada por Pedro María Descartes los atacó y murió un miembro de la guardia civil española.
Don Pedro María Descartes y don Rafael Matos Bernier se unieron a las patrullas norteamericanas de reconocimiento durante la guerra Hispanoamericana. Fue guía del ejército y se dice que estuvo muy activo durante la invasión en contra de los españoles.
El 9 de agosto de 1898 el Coronel Hulings, con la ayuda de los voluntarios de Don Pedro María Descartes, toma a Coamo y Aibonito.
Precursor del voto de la mujer
Descartes fue miembro de la Cámara de Delegados del país por el distrito de Guayama. Es recordado por el proyecto presentado el 4 de diciembre de 1900 titulado: «Para que un decreto reconozca a la mujer derecho electivo y preferencia en sus destinos con relación a su sexo». Aunque su proyecto para que se le otorgara el voto a la mujer en Puerto Rico no fue aprobado pasó a la historia como el primero en abogar en la Cámara de Delegados por el derecho que posteriormente se le dio a la mujer puertorriqueña.
Pedro María Descartes propuso que la mujer puertorriqueña podía ejercer el derecho electoral. Es decir que podía votar como el hombre. La edad y condición para votar sería la mayoría de edad señalada por la ley y tenía que saber leer y escribir. La propuesta también decía que no podían votar, ni intervenir públicamente en las elecciones ninguna mujer que no hubiese ganado ese derecho con la residencia en el país durante dos años. El voto de la mujer no fue aprobado hasta el 1936.
En 1902 Don Pedro fue nombrado alcalde de Santa Isabel y luego seleccionado como Representante del Distrito de Ponce.
El conflicto con Muñoz Rivera
Un tiempo después Don Pedro abandonó el Partido Autonomista y comenzó una polémica con Luis Muñoz Rivera. Desde el periódico «La Democracia», Muñoz inició ataques para desprestigiar a Descartes.
Muñoz Rivera se burló de él, porque este decía que era descendiente del gran filósofo francés Descartes. Don Pedro contestaba las acusaciones al mismo tiempo que la historia cambiaba.
Admirador de Eugenio María de Hostos
En 1905 cuando muere Eugenio María de Hostos, Don Pedro M. Descartes escribe:
Descansa en paz
Eugenio María de Hostos, digno émulo del inmortal Betances, como éste, no ha tenido la dicha de que sus restos mortales descansen en la tierra donde repercutió su primer vagido. Pero sus manes deben estar satisfechos.
En este aire impuro donde el despotismo impera, la burocracia encuentra anchos horizontes, y no se saben premiar las virtudes cívicas, el patriotismo, ni el talento, y solo los austriacantes, corredores de ideas, y estúpidos mandarines encuentran el campo abonado; los pensadores profundos, que representaban el verbo purísimo de la democracia, se hubiesen mostrado airados, siéndole imposible la paz del sepulcro.
Quédense, allá en Quisqueya uno, y el otro en el cerebro del mundo donde permanecen.
La primera, como la patria de Luz Caballero que ha tenido vergüenza, para llevar el nombre de libre merece semejante honor.
La segunda, supo premiar los talentos del ilustre hijo de Cabo-Rojo y le concedió puesto distinguido entre los hombres de ciencia.
¿Qué premio obtuvieron Hostos y Betances en esta tierra donde en sus llanuras se oía el lamento del hombre negro, más digno que sus verdugos, á quienes se enardecía en el trabajo destrozándole las espaldas á latigazos el blanco esclavista?
Mientras imbéciles extranjeros son colocados en puestos elevados en la patria que les vio nacer, ellos los maestros de la libertad, los hombres de ciencia, tuvieron que emigrar por no perecer. Hostos de hambre, Betances regando con su sangre las gradas de un cadalso, fusilado o ajusticiado como un malhechor vulgar.
¡Baldón eterno para los que pudiendo hacer de esta tierra, un pueblo libre ayudando a sus inmortales hijos Hostos y Betances, contemplan tranquilos su ruina y su miseria.
No es dicha reposar en semejante patria; ratificando el concepto de nuestro introito.
Por: Pedro María Descartes
Fuentes:
First Register of Porto Rico, by Puerto Rico Secretary’s, Puerto Rico. WIlliam Hunt, July 1901
Eduardo Newmann Gandia, Verdadera y auténtica historia de la Ciudad de Ponce, 107
Edgardo Pratts, De Coamo a la Trinchera del Asomante (1st ed.), Puerto Rico: Fundación Educativa Idelfonso Pratts (2006)
El libro de Puerto Rico: The book of Porto Rico, página 94
María Dolores Luque de Sánchez, La ocupación norteamericana y la Ley Foraker: Página 140 (foto)
Carlos Gaztambide Arrillaga,, Historia de Puerto Rico cronológica e ilustrada sus hombres y mujeres, Página 356
Eugenio M. Hostos: ofrendas a su memoria – Página 206