Foto: Hacienda Santa Isabel 2008
En el mes de noviembre de 1909 un ciclón atacó el sur de la isla de Puerto Rico provocando grandes daños a la cosecha de azúcar de 2010. El país escapó milagrosamente del mismo pero vio repetirse la calamidad que enfrentaron en el 1898.
Como resultado de la tempestad la cosecha de caña de 1910 se vio gravemente afectada. Aunque el ciclón en sí no se acercó a la isla, sus efectos se sentieron fuertemente particularmente en el sur y las inundaciones causaron un gran daño.
La Hacienda Fortuna de Ponce, se vio seriamente afectada, el agua en la Central alcanzó una profundidad de más de un metro y casi todo el ganado se ahogó. Todos los pequeños puentes alrededor de la Central de lavado y una buena parte de su línea de ferrocarril desapareció.
En Santa Isabel una tromba azotó la ciudad causando daños considerables y causando grandes pérdidas a algunas plantaciones. La Hacienda Santa Isabel de los hermanos Alomar también sufrió su último revés. Al siguiente año (2010) la familia Alomar alquiló la hacienda que durante el siglo anterior había sido junto a la Hacienda Destino y la Florida, las principales haciendas de Santa Isabel.
Así lo reportó el corresponsal en Puerto Rico de la publicación especializada «The Louisiana Planter and Sugar Manufacturer» un semanario de New Orleans dedicado a la industria del azucar, el arroz y otras industrias agricolas.
«Una estimación conservadora de los daños ocasionados en todo Puerto Rico por la tormenta pasada se calcularon en cerca de $500.000 dólares, y los cultivos de caña se vieron seriamente afectados. Esto fue una lástima ya que el año de 1910 se esperaba con la promesa de una gloriosa cosecha.
La hacienda «Santa Isabel» perteneciente a los hermanos Alomar de España, fue alquilada al Sr. IT. II. Delgado, de Puerto Rico a un costo de $ 20.000 al año, por la parte superficial de la finca. El contrato incluye un precio fijo de $ 42,000 adicionales para las plantaciones, el ganado, el material y el cultivo de implementos. El contrato lleva como garantía los nombres de tres de los hombres más conocidos del azúcar en la isla.
Fuente: The Louisiana Planter and Sugar Manufacturer, Volumen 43, 1910, Páginas 361 y 378